domingo, 19 de febrero de 2012

El terrorismo telefónico y las llamadas malditas

Publicado en el semanario "el Poder", de Lima-Perú, Semana 20 al 26 de febrero de 2012. Año III N. 196

Reproducido en http://www.stakeholders.com.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=5157:el-terrorismo-telefonico-y-las-llamadas-malditas

Por Ricardo Sánchez-Serra

Continúa multiplicándose por todo Lima las llamadas telefónicas malditas que buscan extorsionar o sorprender a incautos ciudadanos. He tenido la fortuna, mejor dicho el infortunio, de recibir, no sólo yo, sino asimismo mi familia, esas llamadas de marras.

“Papá, estoy en la comisaría, a mi amigo lo agarraron con droga. Tienes que dar plata para que me suelten”, fue un llamado a las 5 de la mañana en esta semana que me despertó y el corazón se me desgarró. Mi esposa me arrebató el teléfono e insultó al que llamaba. Por supuesto todo era mentira, pero a mí se me subió la presión. A mi hijo, menor de edad, lo había dejado en la casa de un amigo en la playa el día anterior y coincidía que no estaba en casa.
Me comuniqué más tarde con mi hijo y para no asustarlo sólo le pregunté si estaba bien, porque se había olvidado su Ventolín, un medicamento para el asma.

Igual recuerdo llamaron a las 2 am a la casa de una amiga, diciendo que su hermano menor estaba secuestrado. La madre se puso pálida a punto de desfallecer, hasta que uno de los hijos fue al cuarto de su hermano y vio que estaba durmiendo. Corriendo fue a avisar, pero el daño estaba hecho.

A mi madre, de 91 años y de buena salud, la telefonearon a las 4 pm en julio pasado y le dijeron que me tenían retenido y que querían 10 mil dólares por mi liberación. Mi mamá, aturdida, dijo que era jubilada y que tenía mucho menos. “No importa -le dijeron- deposite esa cantidad en el Interbanc de la Av. La Marina y pregunte por María”. Justo ella estaba sola, pues mi hermana se encontraba fuera del país, pero una vecina ayudó a que los desalmados no se salgan con la suya. Tal fue la impresión para mi pobre madre que al día siguiente bajando la escalera le dio un desmayo y se rompió la cabeza. Gracias a Dios está bien, pero esos malditos siguen sorprendiendo impunemente a muchas personas.

También se comunicaron, poco tiempo después, con la casa de mi hermana para decirle que su esposo había sido asaltado en el distrito de La Victoria, “que él estaba bien pero se encontraba en la comisaría, porque al repeler el ataque tiró una piedra y le calló a un niño de siete años con síndrome de down y que tenía que llevar dinero”. Bastante imaginación…

A mi suegra le avisaron hace un par de años para decirle que mi fallecido suegro, que había trabajado en el Ministerio de Industria, le había dejado un pozo de dinero y que si no desembolsaba una cantidad para liberar el cheque, al día siguiente, lo perdía. Hasta dejaron un número de teléfono. Mi suegra emocionada habló con mi esposa y ella la “cuadró” y le hizo ver que era una estafa.

Recuerdo que puse al corriente a un canal de televisión advirtiendo el proceder de los malhechores y me dijeron que esas llamadas eran conocidas y que en varias oportunidades se habían ocupado del tema. ¡Plop!

Otro caso: llaman supuestamente de Telefónica para decir que “ha sido premiado con pagar la mitad del recibo este mes” y que dé los nombres de otros familiares para que también sean beneficiados. Si caes en la trampa, en unos días te llama un supuesto familiar para decir que está secuestrado y que deposite una plata para su liberación… O igual supuestamente de Claro: “que ha ganado una camioneta 4 x 4 y que tiene que desembolsar….”

Las llamadas malditas continúan y está ausente una campaña de los medios de difusión alertando sobre esta situación, y falta, asimismo, que la policía dé unas recomendaciones a la población para evitar ser sorprendida. Recuérdese que recientemente un famoso y octogenario líder político cayó víctima de una estafa. A usted le puede tocar una de esas desagradables llamadas ¡Esté alerta!

*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera.


http://www.facebook.com/ricardosanchezserra
Twitter: @sanchezserra

1 comentario:

Armando dijo...

Hay formas eficaces de combatir esta modalidad, pero las empresas de telefonía móvil se niegan a ayudar porque implicaría una disminución de sus ingresos. Por ejemplo, técnicamente es muy fácil bloquear los celulares robados para que sean completamente inútiles. Sin embargo no lo hacen y alientan el robo de celulares que se revenden en las Malvinas. Si lo hicieran, obviamente disminuiría el robo de celulares y sus ventas se verían afectadas. Otrosí, los identificadores de llamadas y los GPS deberían funcionar permanentemente en este tipo de llamadas, para poder ubicar inmediatamente a los que las hacen y el lugar desde donde se originan. Tampoco lo hacen.