miércoles, 18 de octubre de 2017

Terrorismo y publicidad

Publicado en el diario LA RAZÓN, el 18 de octubre de 2017

Terrorismo y publicidad


Ricardo Sánchez Serra

La prensa está enferma, la sociedad está pudriéndose. Esto es lo primero que pensé luego de ver la cobertura en vivo a la salida de la terrorista no arrepentida Martha Huatay y anteriormente la de Maritza Garrido Lecca. Es justamente lo que quieren estos malditos terroristas, más aún que ninguno de ellos ha mostrado arrepentimiento por sus acciones y ni han pedido perdón a los deudos.


La sociedad podrida ve las imágenes de esas insanas terroristas como heroínas que resistieron la cárcel, victimizadas por las “crueles” leyes, todavía suavizadas de cadena perpetua a 25 años de prisión, cosa que no debió ocurrir, además para ahorrarse el espectáculo que vemos hoy.

¿Volverán estos falsos ídolos al terrorismo? Es la pregunta que nos hacemos los ciudadanos que vivimos ese infierno en la década de los ´80 y ´90. Afortunadamente el ministro de Defensa, Jorge Nieto, señaló que estos criminales serán vigilados.

Y esta cobertura a terroristas tienen desgraciadamente más publicidad que las muertes de valientes militares y policías, en el VRAEM y otras partes del país.

Los medios televisivos, en su mayoría, imponen la cultura de sangre y violencia a los telespectadores y nadie pide que se les reprima, sino que se autocontrolen. Esto no es un “cowboyada”. Deben ser conscientes que los medios construyen sociedad, pero la competencia por el maldito rating destruye principios y valores.

En esta ola de brindar violencia a los televidentes son culpables la policía y fiscalía. La policía da sus claves a los medios de difusión, para quedar bien con ellos. “Hay un A5 en la Costa Verde”, que traduciendo sería “accidente con muerte” o un A8 en la calle tal de La Victoria (asesinato), esas comunicaciones las recibe la prensa y hasta se ha dado el caso que la prensa llega primero que la policía.

Los videos de sangre son dados por la policía o la fiscalía a la prensa por lo bajo. ¿No es una irresponsabilidad que hasta puede arruinar una investigación? Sobre esto el Ministerio del Interior y el Poder Judicial tienen la palabra.

No hay que inyectarle violencia y el morbo a la gente. Construyamos una sociedad pacífica, empezando desde la familia, la escuela y que contribuyan a ello los medios de comunicación. Que el rating no los ciegue. Las empresas para poner publicidad se fijan en el rating, pero no hay que olvidar que es el Estado el primer anunciante y el que debe poner las reglas.


@sanchezserra




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